El método Estivill ha muerto
Por Catherine L'Ecuyer
¿De dónde viene el método Estivill?
Pues no viene del Dr. Estivill, sino del Dr. Ferber,
un americano que propuso, en el año 1983,
un método para conseguir inculcar
el hábito del sueño en niños de más de 3 meses,
a base de dejarles llorar, usando una técnica
que consiste en la puesta en práctica de una tabla de tiempos.
El método es conductista, puesto que la
puesta en marcha de la técnica persigue
conseguir el mantenimiento o la eliminación
de ciertos hábitos de conductas (en este caso, el hábito del sueño).
En los últimos años, el Dr. Estivill importó el método en España.
La paradoja, es que mientras el Dr. Estivill
convertía sus libros en grandes éxitos,
el Dr. Ferber se retractaba en 2006, en una entrevista con CBS,
diciendo que se había equivocado.
¿El motivo? En ese momento, se sabía de varios estudios que asociaban
la desesperación de un niño llorando no atendido con la producción cortisol,
na hormona de estrés asociada con la depresión y la agresión.
Los estudios confirman que los bebés que menos
estrés sufren de pequeños son los que mejor dominan
su ansiedad de mayor (los niños "con apego seguro").
Además, el cortisol puede causar problemas de sueño,
por lo que ese método puede empeorar o crear un
trastorno del sueño en el bebé.
La misma Asociación Española de Pediatría dijo
lo siguiente sobre el método:
"Las técnicas de terapia conductista
de condicionamiento del sueño
son difícilmente compatibles con la lactancia materna:
deberían reservarse a niños con enfermedades del sueño,
no estando probadas ni su eficacia, ni su repercución
psicológica a largo plazo".
El Dr. Estivill tardó en retractarse.
Después de haber vendido más de 20 millones
ejemplares de sus libros,
se desmonta a sí mismo, reconociendo que
su método es para niños de más de 3 años
(en su libro, dice que se puede aplicar a niños a partir de los 6 meses).
La pregunta que me tiene perpleja es la siguiente:
¿Cómo pueden personas con responsabilidades médicas
y/o educativas aguantar estoicamente durante tantos años
delante críticas fundamentadas en la evidencias científicas?
Hace muy poco, en una entrevista en El País, el Dr. Estivill
vuelve a decir lo mismo, pero en vez de 3 años, dice 3 meses...
Como decía Camus, "la confusión está clarísima".
¿De dónde viene el método Estivill?
Pues no viene del Dr. Estivill, sino del Dr. Ferber,
un americano que propuso, en el año 1983,
un método para conseguir inculcar
el hábito del sueño en niños de más de 3 meses,
a base de dejarles llorar, usando una técnica
que consiste en la puesta en práctica de una tabla de tiempos.
El método es conductista, puesto que la
puesta en marcha de la técnica persigue
conseguir el mantenimiento o la eliminación
de ciertos hábitos de conductas (en este caso, el hábito del sueño).
En los últimos años, el Dr. Estivill importó el método en España.
La paradoja, es que mientras el Dr. Estivill
convertía sus libros en grandes éxitos,
el Dr. Ferber se retractaba en 2006, en una entrevista con CBS,
diciendo que se había equivocado.
¿El motivo? En ese momento, se sabía de varios estudios que asociaban
la desesperación de un niño llorando no atendido con la producción cortisol,
na hormona de estrés asociada con la depresión y la agresión.
Los estudios confirman que los bebés que menos
estrés sufren de pequeños son los que mejor dominan
su ansiedad de mayor (los niños "con apego seguro").
Además, el cortisol puede causar problemas de sueño,
por lo que ese método puede empeorar o crear un
trastorno del sueño en el bebé.
La misma Asociación Española de Pediatría dijo
lo siguiente sobre el método:
"Las técnicas de terapia conductista
de condicionamiento del sueño
son difícilmente compatibles con la lactancia materna:
deberían reservarse a niños con enfermedades del sueño,
no estando probadas ni su eficacia, ni su repercución
psicológica a largo plazo".
El Dr. Estivill tardó en retractarse.
Después de haber vendido más de 20 millones
ejemplares de sus libros,
se desmonta a sí mismo, reconociendo que
su método es para niños de más de 3 años
(en su libro, dice que se puede aplicar a niños a partir de los 6 meses).
La pregunta que me tiene perpleja es la siguiente:
¿Cómo pueden personas con responsabilidades médicas
y/o educativas aguantar estoicamente durante tantos años
delante críticas fundamentadas en la evidencias científicas?
Hace muy poco, en una entrevista en El País, el Dr. Estivill
vuelve a decir lo mismo, pero en vez de 3 años, dice 3 meses...
Como decía Camus, "la confusión está clarísima".
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